lunes, 27 de julio de 2009

Dragonfly (la sombra de la libélula)

Esta película es una de las muchas que se cuestionan si realmente hay algo más allá de la muerte, si un ser querido que se va permanece, o no, entre nosotros. Pese a que he leído alguna mala crítica que dice que es demasiado predecible y decepcionante como película de terror, lo cierto es que me ha parecido una película interesante, por su historia, no por sus mensajes (que, eso sí, no hay mucho), y no me ha decepcionado como película de terror puesto que no la he considerado tal.

Dragonfly es la historia de un médico, jefe de urgencias del Chicago Memorial Hospital, llamado Joe Darrow (interpretado por Kevin Costner), cuya esposa, la doctora Emily Darrow, fallece en un accidente de autobús en Venezuela, donde trabajaba como misionera. A partir de esa muerte, seis meses después empiezan a manifestarse situaciones extrañas alrededor de Joe, quien ve la libélula que su mujer tenía en la espalda (una marca de nacimiento) por todas partes, sobre todo en dibujos que hacen los chicos que se han acercado a la muerte y han podido recuperarse. Todos lo toman por loco cuando dice que escucha a su mujer hablar, que cree que ella pretende comunicarse con él. Pero la hermana Madeline, una monja católica que ha estudiado la profundidad de la conciencia cuando se acerca a la muerte, le dice que tiene que buscar los mensajes dejados por Emily. De esa manera Joe emprenderá un camino que dará un giro en su vida.

Me recomendaron esta película hace ya varios años y, sin embargo, cosas de la vida, aún no la había visto hasta que anoche, sin otra cosa que hacer, me puse a verla. Disfruté, a decir verdad, con toda la película. Hacía mucho tiempo que no veía una película de las que tengo guardadas en la lista de espera, y lo cierto es que no me arrepiento de haber escogido ésta. No sé qué opinarán los demás, pero salvo las críticas que he referido, todos los demás me han hablado bien de esta película. ¿Qué opináis?

miércoles, 22 de julio de 2009

Silencio

Silencio, susúrrame al oído
y háblame en la noche tormentosa.
Silencio, que sepan que has vivido,
como yo, tantas, tantas cosas,
que ahora no te acuerdas, silencio,
de cuánto eran de hermosas.
Que sepan cuántas vidas, cuánto tiempo
me acompañaste, silenciosas
compañías, y nocturnas,
y vividas y sentidas y añoradas.
Silencio, cuánto más
.............(silencio…)
hay que hacer para no ser nada.

Acompáñame en la noche, en el día,
.......en la mañana,
no abandones la compañía,
...........no digas,
.....no,
............no digas nada:
susúrrame al oído,
confidente de mis vicios,
tentador de la lujuria, del placer,
........de los delirios…

Pregonero del deseo,
compañero de viaje.
Silencio, silencio,
ayúdame a encontrarte,
apóyame en los esfuerzos
por llegar a tierra firme.
Suspiro, bostezo,
¡ruido, déjame irme!

Me recuesto, lo reintento,
pero no encuentro tu nombre.
Silencio, silencio,
sal de donde te escondes…

lunes, 13 de julio de 2009

Ahora

Ahora que estoy solo y que me miro
y veo en mi reflejo la inocencia
que ya no está, que ha desaparecido;
ahora que remato con mi llanto
la rabia que corroe mis entrañas;
ahora que no siento lo que pienso
.....y el miedo me acompaña,
no sé ni qué sentir ni qué querer,
si estoy fuera de mí o estoy dentro,
si me encuentro en el hoy, en el ayer,
en el mañana, en el mar
.............o en el desierto.
No encuentro la manera de apagar
este cruel rayo que no cesa
ahora que me escuecen los murmullos
........y el alcohol puro
.................sabe a fresa.

Ahora que mi voz ha roto aguas,
ahora que describo lo que dictan
las calamidades, las patrañas;
ahora que si digo «sí» me engaña
el «no» que majestuoso clama dentro
del cuerpo de esta atormentada alma,
quiero dejar de soñar despierto,
........buscar bajo la manta
la voz atronadora que encanta
......los últimos versos:
sentir que no me tengo
en pie, que la desgana
se apodera de mí, que no merezco
vivir más, que las lágrimas
van rodando por el suelo.

Ahora que ya todo es inefable,
ahora que tengo lo que no quiero,
.................desechable
se vuelve mi conducta,
inacabable el cautiverio,
mi vida inservible se torna,
.......................y muero.

viernes, 10 de julio de 2009

Para Sofía, por su decimonoveno cumpleaños

Tardío, como los juegos de Olías,
es para mí este obsequio literario
que guarda tu nombre en un santuario.
Porque desde hace tiempo te debía

un regalo por ser ese gran día
en que tu edad avanza, mi anticuario
me deja en saldo el desgastado acuario
donde años ha lloré la gota fría.

Por eso, prima y amiga del alma,
mi pluma se sosiega y, con la calma
que proporciona un viaje al lejano hades,

cumple con mi deseo de enviarte
una muy breve muestra de este arte
que nos permite amar: felicidades.