a lanzarnos hacia el recogimiento
de la desconsolada reflexión.
La lluvia inyecta de frescura
el calor de cuantas ensoñaciones
cruzaron el verano. Sobre el hombro
se arrastran hoy sus gotas
como hormigas licuadas.
Soy un tronco al que trepan tantos nervios.
Y tiemblo de humedad y malas predicciones.
M. Camino
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