A M. J.
Hoy puedo conocerte entera y tuya.
Puedo ver
porque amanece en tu ventana, porque
flotan sobre tu pelo mil ácaros de luz,
como si te encendieran mientras duermes.
Puedo oír
porque el rumor del aire y de los pájaros
me acaricia la oreja con sus dedos distantes,
como la nostalgia de una canción.
Hoy puedo conocerte…
Puedo oler
porque tu boca exhala las fragancias
guardadas por la noche a modo de secreto,
como se esconde el sueño entre las sábanas.
Puedo ser
catador de la viña de tus venas,
porque el tiempo contigo es eterna embriaguez,
como tu lluvia de notas, mi éxtasis.
…entera…
Saber tu desnudez bajo la tela gris
que te envuelve.
…y tuya.
Ver tu bostezo, oír tu estiramiento,
tu nuevo despertar. Tan tuya en la mañana,
tan mía por las noches, cuando volamos juntos
desde la misma tierra.
Jorge Andreu
[Publicado en el nº 8 de Café de Letras]
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