Al caer la tarde, un hombre llegó a casa, tomó un cuchillo de cocina y apuñaló a su mujer. Después de cebarse con ella durante diecisiete puñaladas, miró su gesto de terror sin vida y dejó caer el instrumento. Se echó las manos a la cabeza y gritó, arrepentido de sus acciones. Pero ya no había vuelta atrás. El cuento había acabado.
Jorge Andreu
2 comentarios:
colorín colorado...
:-)
Un beso, y feliz verano!
Gracias, Saramaga. Igualmente.
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