Cuando las horas se dilatan
y sufren los minutos ese peso
que aploma las conciencias.
Cuando las frentes encharcadas
dejan morir a un cuerpo en el sofá
porque la tarde asfixia.
Cuando el ruido de los coches
retumba en las paredes como un gong
perdido en la memoria.
El tiempo entonces sufre de evasión
y deja a los segundos que actúen a sus anchas
y al sol que nos infunda pesadumbre
para afrontar la noche.
M. Camino
2 comentarios:
Así es verano, parece elástico. Hasta el sol se cansa y necesita dormir porque al día siguiente tiene que rendir. Un saludo.
Así es, Lumi. Cada mañana tiene que volver a la carga para aplomarnos una vez más. Por suerte, a veces se relaja y nos deja seguir con nuestras vidas.
Un saludo
Jorge Andreu
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