como quien cede el paso a la impostura.
Cobran vida los bares de la plaza
y se llenan de voces y pedidos,
mientras dos bocas comparten recuerdos
de una noche de fiesta, allá en un banco.
Son ceniza de la llama que ayer
ardiera como el sol bajo las nubes,
y hoy esperan, con resaca de carne,
el bocado de lumbre en sus secretos.
Sus palabras se mezclan con el pan
y los pasos de un pobre transeúnte.
M. Camino
No hay comentarios:
Publicar un comentario