domingo, 14 de noviembre de 2010

Coda melancólica

Se manchan los papeles sin decir
la música que suena en mis entrañas.
Parece todo un sueño:
irreal como un boceto, imaginario
como una fantasía de nostalgia,
transparente como el cristal que ahora
del mundo y los sentidos me separa.

Podría lanzar gritos
de dolor, pero no me duele nada.

Tengo una enfermedad tan incurable
que ni la tinta puede ya
nombrarla.

¡Maldita seas, poesía,
si en una noche triste, como tantas,
me miras desde lejos
y guardas tras el humo tu mirada!


Jorge Andreu
10 de noviembre de 2010
Con estos versos firmo el final
de mi primer cuaderno Paperblanks,
herido como Mozart.

4 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Estos versos se me han colado por una rendija que tengo ultimamente abierta, muy sensible a la melancolía, muy puñetera ella.
Será el otoño, Jorge, será.
Un beso.

P.D.- Se me olvidó, pero creo que deduces que me han gustado, y mucho. Son descarnados y me han mordido el corazón con su belleza negra.

Jorge Andreu dijo...

Querida Isabel, no sé si me sacas antes los colores o las lágrimas. Es un honor haberte mordido el corazón, entendiendo esta expresión como goce de leer estos versos. Me alegro mucho de que hayas disfrutado y hayas dejado pasar esta melancolía por esa rendija que mencionas, de la que también está provisto mi cuerpo, por cierto, durante todo el año.

Un beso, y gracias por ser tan constante en mi cobijo (buena parte del cual es tuyo, como sabes).

Jorge Andreu

Mª Teresa Sánchez Martín dijo...

Se mancharán tus papeles sin decir la música, pero de poesía se manchan muy, pero que muy bien.

Enhorabuena, Jorge, es un poema magnífico.

Teresa

Jorge Andreu dijo...

Gracias, Teresa. Me emocionas. Me alegro mucho de que te guste, y sobre todo de que veas tanta poesía en unos humildes versos.

Un abrazo.

Jorge Andreu