lunes, 4 de julio de 2011

Marcel recupera su hábito de escritura

Marcel ha salido ileso del combate. Ya no siente que su vida se le acaba. Sabe que tiene muchas cosas para el mundo, muchos versos que enseñar al horizonte –así lo escribió hace unos días al borde de una servilleta, antes de pagar la cuenta y comprar un cuaderno en una papelería. Ha ocupado varios días en esbozar el esqueleto de una novela con tintes musicales, que ahora, en compañía de un whisky on the rocks, redacta rodeado del silencio de la casa. El ventilador, con el tintineo de un metrónomo, intenta en vano refrescar la habitación, mientras el calor se concentra sin remedio entre las hojas depositadas sobre el escritorio, junto a otros volúmenes literarios: Thomas Mann, Georges Perec, Alex Ross y Edgar Allan Poe, reunidos como en una noche de fiesta, abrazados al frescor del cristal. Uno de ellos persigue a Marcel desde hace unos meses, y no ha conseguido captar su atención hasta que mi amigo ha decidido adentrarse en una nueva historia, de tantas que ocupan su cabeza y le quitan el sueño.

A mitad de un párrafo, se acuerda de su prima, aquella figura de infancia con la cual jugaba a escuchar los secretos de las palabras bajo el agua de la playa, sin prestar atención a la llamada de los padres, que trataban de hacerlos salir para volver a casa, separados como dos hojas de un árbol en otoño, por caminos dispersos en el tiempo y el espacio. Acaba de cumplir veintiún años y estará guapísima, como siempre. Hace meses que no cambia una palabra con ella. Parece como si el agua de aquella playa –emborrona en su otra libreta, la de bolsillo− le hubiese robado la capacidad de adivinar sus pensamientos.

Cierra la libreta y trata de proseguir su narración, pero su mascota reclama su atención. Brenda llora, son las tantas de la madrugada y necesita sentirse libre por el campo. Marcel vuelve a dar un sorbo a su vaso y apaga la lámpara del escritorio. Mientras pasea con su compañera resistiendo el canto de los grillos, piensa en otros amigos a quienes no ha visto desde hace unos meses, en cuántas cosas ha de escribir en esa libreta que lo espera en casa, en el piano, reducido a tres acordes, y en que aún mantiene casi muerto el rincón de internet que tantas alegrías le ha dado. A la vuelta de su paseo, echa mano de la pluma y hace recuento de sus notas, continúa su trabajo a la espera de que el sueño, si es que llega, lo lance rendido a la cama.

12 comentarios:

Jesús Martínez dijo...

Me han gustado mucho estas líneas, Jorge. Ya tenía ganas de leeer algo nuevo en tu blog. Espero que el curso haya acabado bien (estoy convencido de ello). ¿Cómo se presenta el verano?

Un abrazo enorme.

Jorge Andreu dijo...

Hola, Jesús. Me alegro de que hayas vuelto para leer mi blog después del largo paréntesis. El curso ha acabado bien, he sacado un par de matrículas de honor que me satisfacen mucho, y el resto también con buenas calificaciones. Además, he terminado el último curso de Enseñanzas Profesionales de piano, así que termino el curso muy satisfecho de mi trabajo. Ahora me tomaré un verano lleno de lecturas, días de playa y una novela que tengo entre manos y que ya he empezado a escribir.

Espero que pases tú también un buen verano.

Un fuerte abrazo.

Jorge Andreu

Sombragris dijo...

JOrge...donde te metes que no se sabe na de tu vida,compare????Me ha gustado mucho este texto, destila humo, licor y jazz...magnifico...un abrazo

Jorge Andreu dijo...

Ando ocupado con la novela, amigo Alfonso, desde que terminé los exámenes, allá por el 21 de junio, y antes, claro está, esas asignaturas me quitaban la vida. Ahora estoy libre, pero dedico parte de mi tiempo a escribir y otra parte a leer. Llevo unos días solo en casa y aprovecho la ocasión para encerrarme delante del escritorio, en el silencio de la noche, para, güisqui en mano, elaborar una historia que espero que resulte interesante. Entretanto, podrás verme por la calle en Puerto Real, en Cádiz o en algún rincón de La Clandestina.

Gracias por preguntar, amigo mío. Espero que la promoción de tu disco vaya bien.

Un saludo.

Jorge Andreu

Saramaga dijo...

Que alegría leerte de nuevo! Me ha gustado mucho tu texto, y me ha dejado con ganas de más! :-)
Besos!

Jorge Andreu dijo...

Me alegro mucho de volver a verte aquí, Saramaga. Intentaré mantener vivo el blog durante el verano. Por lo pronto tengo varios temas de los que hablar, así que habrá vida durante tres o cuatro entradas.

Un abrazo.


Jorge Andreu

sensibleatonica dijo...

Me encanta que hayas vuelto por estos lares. Echaba de menos tus entradas. A ver si nos vemos pronto y nos tomamos un cafetito o un güisqui ;)
Besos.

Jorge Andreu dijo...

Mar, en unos días seguro que podremos vernos y tomarnos algo, ya sea un café o un güisqui, o un café con un chorrito de güisqui, que también es muy productivo. Me alegro de que sigas pasando por aquí.

Un abrazo muy fuerte, guapa.

Jorge Andreu

Mariajo Arenas dijo...

Yo me apunto a ese café, ya sabéis que el guisqui no es lo mío!!!
Valen cervecitas????
Besitos a los dos!!!

por cierto, Jorge, no hago comentario del texto porque ya sabes lo que pienso...eres estupendo!!!!

Jorge Andreu dijo...

Claro que te apuntas a ese café o esas cervecitas, y yo estaré encantado de invitaros a las dos. Sobre todo si es en mi rincón, donde nadie se queda sin tomar nada, como sabes.

Un abrazo muy fuerte, y gracias por ese piropo, no lo merezco a tanta escala. El gusto es mío.


Jorge Andreu

Jesús Martínez dijo...

¡Jorge, me alegra mucho leer todas esas cosas que cuentas! Felicidades por esas buenas calificaciones. Y ahora, a descansar, a leer y a darle fuerte a ese nuevo proyecto que tienes entre manos. ¡Ya siento curiosidad por los entresijos de esa novela que está naciendo! Estaré muy atento.

¡Abrazos!

Jorge Andreu dijo...

Jesús, me alegra mucho verte de nuevo aquí, y tan feliz. Las calificaciones han sido un excitante para mí: estoy muy contento con los resultados de este curso, en música y en filología. Y ahora estoy con una nueva novela que no sé cuánto tiempo me llevará, pero que me da motivos de deleite porque recuerdo algunas cosas que he vivido. Seguro que te gustará tener noticias cuando vaya más avanzada.

Un fuerte abrazo.

Jorge Andreu