miércoles, 17 de abril de 2013

Los papeles de Marcel (XXIV)

                  Volver a los comienzos
                  y arrojarlos encima de la mesa,
                  como se derrama un café inseguro.

                  Recordar los primeros pasos,
                  las huellas que incitaron el principio
                  delante de futuros afectados por la misma epidemia.

                  Respirar. Y el silencio
                  que llena los asientos mientras alguien
                  se anima a alzar la mano,
                  una mano que tiembla
                  igual que todas la primera vez,
                  y que también arroja luz
                  sobre el terreno baldío del arte.

                  Respirar. Y una mesa
                  que se llena de palabras y espuma,
                  que retumba con las aclaraciones
                  de voces contrapuestas y opiniones dispares.

                  Respirar. Un sorbo más, y otro sorbo
                  de la misma botella
                  mientras el aire imprime el flujo de las horas.

                  Respirar. Y recordar el principio.

                  Y sonreír, por fin,
                  sin más remedio.

M. Camino

6 comentarios:

Sombragris dijo...

Respirar sin duda...siempre "algo" mas que aire...y sonreír...siempre...y mirada al frente...el futuro (como ya lo va siendo el presente) es vuestro....Me gusto...creo muchas sensaciones este poema...Felicidades por eso...un abrazo...

Jorge Andreu dijo...

Gracias, Alfonso. Me alegro de que hayas sentido tantas cosas al leer este poema. Marcel te lo agradece también con la mirada vidriosa.

Un abrazo

Jorge Andreu

Un boli Vic sin capuchón dijo...

"Afectados por la misma epidemia", quizás sea ese el resumen, que nos entró el virus del miedo de no saber dejar constancia de nuestro paso. Torpemente, claro, ojalá la seguridad de las palabras de aquellos que admiramos, de aquellos donde buscamos la inspiración, nos traspase, cruce la mesa.
Me quedo con las risas, la emoción de ver gente que sigue soñando con escribir versos o líneas con la misma intensidad con la que Marea canta "Los mismos clavos".
Un saludo, precioso poema.
Vicsintinta

Jorge Andreu dijo...

Gracias, Victoria. Ojalá consiguiéramos dotar de tanta fuerza los poemas como para que resuenen luego de haberlos leído como el punteo de esa canción. Me alegro de verte por aquí.

Un saludo.

Jorge Andreu

LBH dijo...

Las palabras esparcidas por el folio dormitado, hace que se encienda un destello de aquellos que leen, interpretan y hacen suyas esas líneas de sentimientos. Por eso cuando escribimos donamos nuestros versos. Me gusta tu blog. Un abrazo

Jorge Andreu dijo...

Hola, Lumi. Te doy la bienvenida a mi blog y espero verte más veces por aquí. Como dices, todo lo que escribimos y sacamos a la luz es para compartirlo. Es como si ya dejara de ser sólo del autor para convertirse en un pacto común con el lector. Vuelve por aquí y seguiremos compartiendo las palabras que hemos echado sobre la mesa.

Un saludo

Jorge Andreu