martes, 29 de junio de 2010

Cancioncilla de vergel

—Pues dime lo que encontré
en los tréboles del soto.

—¡Dios, sí que te lo diré:
mi anillo, mi anillo, roto!

Rafael Alberti, «En los tréboles del soto»,
en La amante (1925)


Durante mucho tiempo, aguardé tu llegada sobre un césped bañado de atardecer. El sol se había despedido, allá a lo lejos veía cómo la luna llamaba a la puerta mientras el cielo se tornaba poco a poco en un azul oscuro, primero, después en un negro estrellado y oculto tras algunas nubes. El silencio me removía las entrañas. Yo luchaba por deleitarme con el fresco aroma de la dama de noche, pero el calor consumía mi paciencia. Los minutos pasaban interminables, a mi reloj se le agotaron las pilas antes de que acudieras a salvarlo. Yo también me quedé sin energía.

Entonces dejé caer mi cuerpo sobre la hierba y algo me pinchó la espalda. Al girarme, los codos sobre el césped húmedo, fresco, lleno de sabor, hallé escondido un anillo roto, como el que resbaló de aquel dedo de tu pie vibrante cuando acaricié la planta. Como cuando dejaste caer tu amor al fondo de la arena y me regalaste la joya que encontré tras tu lengua, dulce y sencilla, esplendorosa como las estrellas que fueron testigos de nuestros besos.

No llegaste. Esperé y no volviste. Hace ya tanto tiempo de aquello, que cada noche pienso en tu cuerpo y en ese pie decorado por un diminuto anillo de plata, ahora roto, que guardo en mi bolsillo al caminar por el vergel.


Jorge Andreu

11 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Me ha sabido a evocación andalusí y no es de extrañar, pues tú eres andaluz de Cádiz.
Te leía y me parecía escuchar el lamento de un rey moro por el Generalife. Sé que está en Granada, pero no importa.
Elocuente y lírico, querido Jorge.
Un beso.

Jorge Andreu dijo...

Gracias, Isabel. Si has sabido apreciar en estas palabras un grito andaluz, me alegro mucho. Están inspiradas en los versos de Alberti que encabezan la entrada, y en un montón de villancicos de la lírica medieval de tipo popular.

Un beso.

Jorge Andreu

mariajesusparadela dijo...

Precioso , Jorge. Y profundo.

Jorge Andreu dijo...

Gracias, María Jesús. Cuánto placer en tan pocas palabras. Me alegro de que te guste.

Un beso.

Jorge Andreu

ARO dijo...

Un texto muy andalusí, como dice Isabel, lleno de evocaciones románticas. Magnífico.

Jorge Andreu dijo...

Gracias, Arobos, un placer hacerte evocar el sentimiento andalusí.

Un saludo.

Jorge Andreu

Jesús Cánovas dijo...

De un cuerpo de mujer mejor no acordarse...

Jorge Andreu dijo...

Bueno, si recordamos el cuerpo es por algo. Si recordamos a la mujer, es por algo. Gracias por comentar, Jesús.

Jorge Andreu

Jesús Cánovas dijo...

Jorge, con mis palabras pretendia ser literal y todo lo contrario.
Un abrazo

nykaa dijo...

Hola...cuánto tiempo!!!!
Yo siempre tengo pendiente"Orgullo y prejuicio y Ana Karenina.
Ya sabes lo que me cuestan a mi los libros clásicos... pero no lo dejaré como siempre como propósito para el año nuevo, intentaré cogerlos y no soltarlos hasta antes de que acabe este año.
Besos y espero encontrarte pronto por nuestro nidito virtual...

Jorge Andreu dijo...

Hola, Mónica. Me alegra verte de nuevo por aquí, después de tanto tiempo. Yo aún no he empezado con ninguno de los dos libros que dices, pero hay una diferencia fundamental entre nosotros: yo adoro los libros clásicos, de modo que no me costará ningún trabajo enfrentarme a ellos. De todas formas, espero que cuando tú lo hagas, te resulten agradables.

Un beso.

Jorge Andreu