sábado, 18 de diciembre de 2010

Manuel J. Ramos Ortega - Mi vida sin Eva Gundersen

Manuel J. Ramos Ortega (Cádiz, 1948) es catedrático de Literatura Española en la Universidad de Cádiz y ha dedicado gran parte de su vida profesional a estudiar la obra de algunos autores contemporáneos españoles, en especial de Luis Cernuda, al que dedicó un libro entero titulado La prosa literaria de Luis Cernuda (1982). Recientemente acaba de publicar un nuevo estudio sobre poesía española contemporánea metafóricamente titulado Las alas de Ícaro. En el campo de la narrativa, su primera creación vio la luz en 1999 bajo el título de La ciudad de los sueños, obra por la cual recibió el Premio Opera Prima de la Crítica Andaluza. Su segunda novela, Las campanas del Duomo, obtuvo el Premio Vargas Llosa de novela en 2003. De su tercera novela, Mi vida sin Eva Gundersen, publicada en la editorial Paréntesis, nos encargaremos a continuación.

Eva Gundersen era una alemana rubia y de ojos azules que enamoraban a los amigos de André, protagonista y primer narrador de esta historia. André, un chico tímido, recuerda desde su madurez el tiempo que ha pasado desde que a los dieciocho años la joven alemana apareciera ahogada en la playa Victoria. Ambientada en los años sesenta en Cádiz, esta novela coral tiene seis narradores que despliegan el mapa de sucesos desde una perspectiva distinta: el ya maduro André desde su mirada hacia la niñez; el argentino Forlán desde sus experiencias con la hermana gemela de Eva G.; el periodista Thomas desde sus reportajes; la cantante Carla con sus recuerdos en el escenario; la tía Carol y el camarero Ricardo.

La narración se lleva a cabo, en principio, desde la memoria de André, enamorado de Eva G. desde la primera vez que la vio bajar a la playa con su biquini de cuadros, para luego dar a Forlán la oportunidad de contar, a partir de un encuentro casual que desemboca en unas reuniones en un bar, la otra cara de la historia, los sucesos que se dieron desde la partida de André para Madrid. Después las voces de Thomas y Carla (ésta mediante una carta) y, por último, las reuniones con Carol, la tía de Eva Gundersen, y con Ricardo, el camarero del hotel Playa Victoria, en cuyo transcurso se desvelan oscuros asuntos acerca de la segunda oportunidad que todo ser humano se merece en la vida.

Repleta de alusiones al cine, en especial a la figura de Humphrey Bogart en su papel de Rick Blaine en Casablanca, esta novela es una historia de amor y secretos, de frustraciones, de palabras nunca dichas, de declaraciones que se quedaron en el intento, de cigarrillos y coches descapotables y de sábados de cine. Los largos periodos sintácticos que, al menos en la narración de André y de Forlán, recuerdan a la prosa faulkneriana (o de Luis Martín-Santos si hablamos de literatura en lengua española), tienen un carácter de monólogo que también parece tener ecos de Joyce o de la voz de Carmen en la famosa obra de Miguel Delibes. Pero lo cierto es que esta fluidez propicia una lectura cómoda, amena por las alusiones al cine, a la literatura y a las calles de una ciudad en tiempos oscuros donde las creencias religiosas eran un tema que se prestaba a debate y al sarcasmo de quienes tenían una concepción diferente del mundo.

(Publicado también en Libros y libretas)

7 comentarios:

Carm9n dijo...

No conocía al autor, Jorge. Tomo nota; estas historias contadas desde distintos puntos de vista me gustan...
Un beso,

Jorge Andreu dijo...

A ver qué te parece, Carmen. Es interesante por los cambios de perspectiva, una técnica que no es fácil de dominar.

Jesús Martínez dijo...

Poco conocía de esta novela. Desde hace tiempo tengo en casa, dedicada, la novela "Las campanas del Duomo". ¿La has leído? Si es así, espero tu opinión.

¡Saludos!

Jorge Andreu dijo...

Jesús, casualmente leí esta novela porque su autor me imparte clases de literatura del siglo XX en la facultad. Me interesó el hecho de que fueran varios los narradores encargados de contar la historia, y en especial esa idea de la segunda oportunidad que el ser humano necesita. Creo que el tratamiento de ese tema es un acierto en la novela. Pero no puedo decirte más de la producción de Manolo: conozco sus libros e incluso me ha hablado de ellos, pero no he leído las otras dos novelas que ha publicado. Te animo a que leas Las campanas del Duomo y me cuentes: quizá con eso me lance a su lectura.

Un abrazo.

Jorge Andreu

Jesús Martínez dijo...

¡Siete años hace ya que Manolo fue mi profesor! Guardo un magnífico recuerdo de él, y es de las personas que más me sigue alegrando encontrarme por la facultad. Una gran persona.
En cuanto a "Las campanas del Duomo", precisamente la novela se remonta a esa época, a mi último año de carrera. Tuve intención de comprar la novela en la Feria del Libro de aquel año pero, finalmente, cambié de idea y me acerqué a la librería "Manuel de Falla". Casualidades de la vida, a los dos minutos de entrar, llegó Manolo y vio que estaba comprando su novela, así que me la dedicó allí mismo, además de pedir al dueño que me la dejara al precio de la Feria. Un gesto que nunca olvidaré, y que quedará siempre inmortalizado con su letra al comienzo de la novela.
En fin, que me estoy extendiendo demasiado. A ver si le doy prioridad a "Las campanas del Duomo" y te comento.

Otro abrazo.

Jorge Andreu dijo...

Un buen detalle por su parte, es cierto. Oye, Jesús, al ver la foto de tu perfil creo que te conozco de haberte visto por la facultad. No sé si me conocerás también, suelo estar en la cafetería, en la mesa que hay bajo el reloj. Me alegra mucho saber que estás a punto de terminar la tesis. Será un placer verla publicada.

Un abrazo más.

Jorge Andreu

Jesús Martínez dijo...

Pues en la facultad llevo desde el año 2000 (los cuatro años de carrera, dos de doctorado y cuatro de becario), así que nos tenemos que haber cruzado muchas veces. Lo cierto es que cuando llegué a tu blog (creo que a través del de Carmen), nada más ver tu foto dije: "conozco a este chico". Luego, cuando vi que estudiabas filología y que eras de Cádiz, no tuve ninguna duda. Lo que pasa es que ahora no suelo ir mucho por allí (me quedo trabajando en casa), y cuando voy, lo hago por la tarde. Pero bueno, que acabaremos viéndonos, seguro, allí o en futuros eventos.
Y mil gracias por tus buenos deseos. Ojalá se cumplan las fechas que tengo previstas y la pueda ver publicada a lo largo de 2012.
Cada vez me alegro más de haber encontrado tu blog. :)
¡Abrazos!