miércoles, 11 de julio de 2012

Icíar Bollaín - También la lluvia

Nunca es tarde si la dicha es buena. Acabo de descubrir a una enorme cineasta: Icíar Bollaín. No sabía nada de ella y ahora sé que tengo que ver todas sus películas, porque si alcanzan la mínima parte de la calidad de Tambien la lluvia (2010) merecerán la pena.

También la lluvia es una historia sobre el cambio que sufre el ser humano en las ocasiones menos esperadas. Sus protagonistas son un descreído y un idealista: Costa y Sebastián, productor y director de cine respectivamente, que viajan a Bolivia para rodar una película sobre la llegada de Colón a América. Pero al llegar a su destino, la intención de rodar una película sobre la brutalidad de los españoles y el papel que algunos miembros de la Iglesia desempeñaron en la época, se encuentran con Daniel, un boliviano que los obligará a viajar hasta la realidad más brutal del ser humano. Una realidad tangible y cruda: la de la Guerra del Agua, que supera con creces la importancia de lo tratado en el largometraje.

Costa y Sebastián son dos protagonistas opuestos en el modo de pensar. Son dos caras de una misma moneda que poco a poco emprenden un viaje hacia la verdad: Costa, desconfiado ante la actitud primaria de Daniel, y Sebastián, iluso que piensa en Daniel como en la estrella de la película. Un triángulo cuyo eje central es el personaje de Daniel, que será tanto el líder de una revolución contra el corte de agua pública como el líder quechua de la tribu en la película. Su papel, doblemente importante en tanto que líder en la realidad y en la ficción, sirve de bisagra para el cambio que experimentan Costa y Sebastián, a la manera del par cervantino de don Quijote y Sancho. Podríamos hablar de la sebastianización de Costa y de la costización de Sebastián.

Con estos tres personajes tenemos una historia que no deja respirar al espectador en ningún momento: ¡hora y media de acción continua, de constantes sorpresas y de paisajes hermosos, destrozados por las necesidades del ser humano! Estremecedor. A mí, al menos, me lo ha parecido. Creo que Icíar Bollaín ha dirigido una obra maestra, creada gracias al guión de Paul Laverty. Creo, en suma, que he descubierto a un par de genios. Porque a los otros dos —Luis Tosar y Gael García Bernal— ya los conocía, y tal vez eso ha sido lo que me indujo a ver la película. Y nunca me arrepentiré.

2 comentarios:

Saramaga dijo...

La tengo por aquí, pero aún no la he visto. No me llamaba mucho la atención, pero si dices que está tan bien... habrá que darle una oportunidad!
Bsos!

Jorge Andreu dijo...

Ojalá te guste, Saramaga. Ayuda a pensar en que a veces los proyectos que tenemos entre manos, y que tanta inquietud nos producen, carecen de importancia al lado de otros asuntos de la vida. Y la interpretación de los dos protagonistas, en especial de Luis Tosar, es fabulosa. Espero que me cuentes buenas nuevas.

Un beso

Jorge Andreu